El periodismo digital se ha consolidado entre nosotros. Además de modificar sustancialmente las características de esta profesión, está impulsando cambios sociales y culturales de muy hondo calado.

En este post queremos reflexionar al respecto, comparándolo con el periodismo convencional.

Comparando ambos enfoques

Muchos opinan que los medios de información tradicionales están condenados a desaparecer. Un buen número soportes impresos emblemáticos han cerrado ya, lo que para algunos constituye un claro ejemplo de que las nuevas tecnologías son mejores para informar y estar informados. ¿Qué piensas tú?

Internet y las redes sociales han modificado sustancialmente nuestra manera de comunicarnos. Antes, los periodistas y sus medios lanzaban su oferta informativa. Ahora, es el público quien determina lo que busca… y va a por ello.

Junto al cambio de motor informativo (lo son los receptores y no los informadores), la inmediatez se ha convertido en una cuestión determinante. Se desean los contenidos aquí y ahora, en el mismo momento en el que están ocurriendo los hechos. Sin retardo. La tecnología permite retransmitir en directo cualquier situación, y el público se ha acostumbrado a ello.

En consecuencia, la reflexión, los trabajos de sesuda investigación o las crónicas cuidadas son menos importantes ahora que la emisión en tiempo real.

El periodismo digital, por otra parte, sigue estando contaminado por el intrusismo tradicional: muchos comunicadores son ajenos a este ámbito profesional. Como consecuencia de esa inmediatez (y de la falta de análisis que genera), la información y la opinión tienden a mezclarse en muchas ocasiones. Con las facilidades técnicas que existen, cualquiera puede convertirse en informador. Y, todavía más, en un opinador. La credibilidad que busca el receptor es mucho menos consistente que antaño.

La metainformación que proporciona internet (textos, audios, vídeos y todo en uno) es otra de las características periodísticas actuales.

Como ves, el periodismo digital ha llegado para quedarse y cambiarlo todo. Con sus pros y sus contras.